martes, 27 de septiembre de 2011

Monocultivos.

El monocultivo:

Por razones de control y comodidad, para su uso y provecho, el hombre tiende a unificar los medios, creando, por ejemplo, comunidades vivas al modo de monocultivos (vegetales o animales).
Las consecuencias negativas de esto se evidencian en los momentos en los que surgen problemas que en un medio más complejo, una biocenosis mas rica y un ecosistema mas complejo y estable, pasarían desapercibidos.
El hombre utiliza entonces remedios paliativos que a menudo son incluso más nocivos, saturando los medios de productos tóxicos y desequilibrando las comunidades animales y vegetales.  
Desde diversos ámbitos de investigación se viene cuestionando este problema de la perdida de diversidad por el monocultivo. En “Los monocultivos de la mente” Ed. Fineo, la investigadora india Vandana Shiva vinculada a la problemática del tercer mundo, realiza un trabajo de carácter reivindicativo, de denuncia y divulgativo para dar a conocer un problema de creciente impacto en el planeta.
Básicamente la autora denuncia la perdida de alternativas al “paradigma occidental contemporáneo capitalista”.
Mediante el monocultivo, (como decimos, entendido en un sentido amplio) las corporaciones transnacionales y los intereses económicos de las potencias, etc. reducen las posibilidades de supervivencia de las comunidades locales tribales al suprimir la diversidad ecológica de los hábitats humanos y los ecosistemas.
Una comunidad local, que obtiene los recursos de su medio, ha adaptado su sistema de vida. Del bosque y los cultivos autóctonos obtiene alimento y otras materias. En términos ideales, la relación con su entorno es una responsabilidad suya. En el momento en que se convence (o somete) a los miembros de esa comunidad a cambiar su modo de vida y se unifican los medios, el bosque pasa ser un abastecedor únicamente de madera, y los demás valores son suprimidos. Los cultivos ricos y diversos, destinados al abastecimiento local y al comercio exterior, pasan a depender de una especie única o un número muy limitado de ellas. El probable balance es que se pasa, mediante diversos mecanismos, a depender del abastecimiento exterior. Los campesinos se transforman en el mejor de los casos en asalariados que desconocen el flujo global y son totalmente dependientes colocándose en el extremo mas frágil de una cadena en la que imperan unos intereses que no les atienden.
En los países desarrollados todos somos de alguna manera piezas de este rompecabezas. Dependemos de flujos que desconocemos aunque por el momento el balance nos beneficia respecto a los habitantes de los países pobres pues en cierta medida participamos de los beneficios de las grandes empresas.

David Arnold en el capitulo La revolución ambiental de su libro “La Naturaleza como problema histórico” Ed. Fondo de cultura económica de México, analiza el cambio sufrido por el medio natural en Norteamérica con la llegada de los colonos europeos y que en es ilustrativo como antecedente histórico al asunto de la perdida de la diversidad.
Cuenta Arnold como en el siglo XVII, los primeros colonos fueron incapaces de percibir la destreza de los indios para explotar el medio y subsistir y muchos de sus conocimientos y capacidades fueron obviadas por incomprensibles. En comparación con las tierras europeas de las que procedían, las tierras de Nueva Inglaterra se mostraban extraordinariamente pródigas y el estado de aparente pobreza de los indígenas solo podía ser fruto de su ineptitud y atraso, aunque posteriormente, ellos mismos sufrieron grandes problemas para subsistir en los duros inviernos.
Solo gradualmente pudieron asentarse definitivamente, adaptarse a las nuevas condiciones e imponer un sistema que sintetizaba modelos de la Inglaterra que habían dejado atrás, con lo incorporado. Las comunidades y las culturas indias desaparecieron o fueron destruidas y se produjeron cambios ecológicos tanto o mas importantes que los producidos por milenios de una ocupación indígena sostenida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario