martes, 27 de septiembre de 2011

Un apartado de la perdida de biodiversidad:

Perdida de diversidad humana:


Izquierda:
La "Reina Truganina" la última habitante de Tansmania.

“Nuestra generación aún ha llegado a tiempo de recoger y salvar muchos reflejos raciales, que más adelante habrán desaparecido para siempre. Por eso tiene tantísimo interés, para hoy y para mañana, un libro de esta naturaleza.
Dentro de una centuria la vida se habrá transformado por completo en aquellos reductos humanos que todavía permanecen sumidos en un primitivismo angustioso, porque al penetrar en ellos la luz de una cultura superior, apoyada en asombrosos progresos materiales, las nuevas generaciones abandonarán el lastre de un pasado que no supo brindarles esperanza de mejora en esa noche lóbrega que ha durado siglos, incorporándose a la marcha general de la Humanidad”

Introducción a "Las Razas Humanas", Instituto Gallach, 1976

El texto anterior ha sido extraído de una publicación enciclopédica dedicada a las razas humanas, “su vida, sus costumbres, su historia y su arte”. Esta publicación de indudable valor documental está atravesada por la idea de la superioridad de la cultura occidental contemporánea.
Asistimos desde sus páginas al “descubrimiento” de infinidad de razas y culturas distribuidas por toda la superficie de la tierra. A la vez que se estudia y documenta su vida, vemos como multitud de ellas, las mas frágiles por diversas circunstancias, se desvanecen para finalmente desaparecer.
Ayer los onas, los acalufes, los tansmanios, hoy los veddas, los aborígenes australianos, los indígenas amazónicos... representan culturas alternativas moribundas. Su final corre paralelo al de la extinción de muchos animales y a la modificación del medio.
A estos grupos no les alcanza la civilización y el progreso para llevarlos adelante. En realidad los destruye, los aculturiza y los coloca en los márgenes del mundo occidental, en la ultraperiferia. La “luz” no penetra en ellos ni les brinda ninguna esperanza y en una generación se destruye una cultura milenaria sustituyéndose por una vida la mayor parte de las veces marginal, en los suburbios del tercer mundo.
Es cierto que este hecho parece imparable, no hay manera de detener la marcha de las sociedades occidentales contemporáneas y de las culturas orientales dominantes como la china, indonesia… pero es necesario que cuestionemos muchos de los principios de nuestras culturas dominantes ahora que vemos sus efectos en el mundo.
Una cultura, como por ejemplo la de los aborígenes australianos que ha perdurado durante 40.000 años representa una alternativa de la que tenemos mucho que aprender y con la que hemos de aprender a convivir en algunos casos o a simplemente no interferir y evitar, si en casos como estos, el conocimiento y el contacto, acarrea la desaparición del sujeto investigado.

Sin embargo, todo tiene su reverso y existen diversos mecanismos por los que las culturas se resisten a ser borradas, reviven, o emergen. La emigración, el mestizaje y las nuevas condiciones producen nuevas culturas. Tal vez desde ellas se revisen los principios de las culturas dominantes y asistamos al desmoronamiento del imperio y al nacimiento de un nuevo orden mundial con estos nuevos “bárbaros” a la vanguardia, Algunos autores como Descola, apuntan la permeabilidad de la cultura occidental ante las culturas no occidentales, como la de China, India o Japón, que pese no corresponder a culturas “naturalistas” han alcanzado el grado de potencias, y esto parece anunciar un nuevo comienzo. 

Monocultivos.

El monocultivo:

Por razones de control y comodidad, para su uso y provecho, el hombre tiende a unificar los medios, creando, por ejemplo, comunidades vivas al modo de monocultivos (vegetales o animales).
Las consecuencias negativas de esto se evidencian en los momentos en los que surgen problemas que en un medio más complejo, una biocenosis mas rica y un ecosistema mas complejo y estable, pasarían desapercibidos.
El hombre utiliza entonces remedios paliativos que a menudo son incluso más nocivos, saturando los medios de productos tóxicos y desequilibrando las comunidades animales y vegetales.  
Desde diversos ámbitos de investigación se viene cuestionando este problema de la perdida de diversidad por el monocultivo. En “Los monocultivos de la mente” Ed. Fineo, la investigadora india Vandana Shiva vinculada a la problemática del tercer mundo, realiza un trabajo de carácter reivindicativo, de denuncia y divulgativo para dar a conocer un problema de creciente impacto en el planeta.
Básicamente la autora denuncia la perdida de alternativas al “paradigma occidental contemporáneo capitalista”.
Mediante el monocultivo, (como decimos, entendido en un sentido amplio) las corporaciones transnacionales y los intereses económicos de las potencias, etc. reducen las posibilidades de supervivencia de las comunidades locales tribales al suprimir la diversidad ecológica de los hábitats humanos y los ecosistemas.
Una comunidad local, que obtiene los recursos de su medio, ha adaptado su sistema de vida. Del bosque y los cultivos autóctonos obtiene alimento y otras materias. En términos ideales, la relación con su entorno es una responsabilidad suya. En el momento en que se convence (o somete) a los miembros de esa comunidad a cambiar su modo de vida y se unifican los medios, el bosque pasa ser un abastecedor únicamente de madera, y los demás valores son suprimidos. Los cultivos ricos y diversos, destinados al abastecimiento local y al comercio exterior, pasan a depender de una especie única o un número muy limitado de ellas. El probable balance es que se pasa, mediante diversos mecanismos, a depender del abastecimiento exterior. Los campesinos se transforman en el mejor de los casos en asalariados que desconocen el flujo global y son totalmente dependientes colocándose en el extremo mas frágil de una cadena en la que imperan unos intereses que no les atienden.
En los países desarrollados todos somos de alguna manera piezas de este rompecabezas. Dependemos de flujos que desconocemos aunque por el momento el balance nos beneficia respecto a los habitantes de los países pobres pues en cierta medida participamos de los beneficios de las grandes empresas.

David Arnold en el capitulo La revolución ambiental de su libro “La Naturaleza como problema histórico” Ed. Fondo de cultura económica de México, analiza el cambio sufrido por el medio natural en Norteamérica con la llegada de los colonos europeos y que en es ilustrativo como antecedente histórico al asunto de la perdida de la diversidad.
Cuenta Arnold como en el siglo XVII, los primeros colonos fueron incapaces de percibir la destreza de los indios para explotar el medio y subsistir y muchos de sus conocimientos y capacidades fueron obviadas por incomprensibles. En comparación con las tierras europeas de las que procedían, las tierras de Nueva Inglaterra se mostraban extraordinariamente pródigas y el estado de aparente pobreza de los indígenas solo podía ser fruto de su ineptitud y atraso, aunque posteriormente, ellos mismos sufrieron grandes problemas para subsistir en los duros inviernos.
Solo gradualmente pudieron asentarse definitivamente, adaptarse a las nuevas condiciones e imponer un sistema que sintetizaba modelos de la Inglaterra que habían dejado atrás, con lo incorporado. Las comunidades y las culturas indias desaparecieron o fueron destruidas y se produjeron cambios ecológicos tanto o mas importantes que los producidos por milenios de una ocupación indígena sostenida.

martes, 13 de septiembre de 2011

Habitar el paisaje.

Habitar el paisaje y otras estrategias:

Paisaje es el lugar donde se desarrolla la vida del hombre; al habitar y depositar su visión sobre el territorio lo hace paisaje, lo impregna de si mismo y se lo incorpora a si.
Pero un habitar sin vínculos es un habitar disminuido y dependiente.
Cada día respiramos, recibimos la radiación solar, estamos expuestos a distintos grados de intemperie, bebemos, nos alimentamos…
En un habitáculo climatizado, desde el centro de la mas estéril y urbanizada de nuestras ciudades, trabajando o interactuando sobre un soporte digital, vivimos a menudo la ilusión de que la naturaleza ha sido excluida de nuestra vida.
En la vida contemporánea diluimos los vínculos con el territorio y el paisaje, pensamos en claves de suministro y establecemos una relación de dependencia. Sin embargo mediante la idea de vínculo establecemos una relación de compromiso, una interdependencia.
Ese vinculo, esa relación de interdependencia y compromiso, no se establece solamente al nivel de los recursos básicos para la subsistencia; con el paisaje establecemos también una relación mental basada en la vivencia íntima, en la memoria personal y en la memoria colectiva y social que se establece como historia, como ciencia, etc.

Desde hace unos años, somos conscientes de la modificación del medio ambiente por parte del ser humano y no solamente eso, sino que hemos pasado a considerar a la tierra como un planeta con recursos limitados.
El hombre como las demás especies, se expande y prolifera hasta llegar a su tope poblacional y para ello se adapta y adapta su entorno.
El gran éxito del hombre puede convertirse en un problema; para muchos seres vivos esto es así y sería oportuno recordar la famosa frase de Schopenhauer “el hombre ha transformado el mundo en un infierno para los demás animales”.
La naturaleza y todo lo que significa una alternativa al control humano sobre el territorio parece amenazada y en retroceso.
Sin embargo, ciertas personas consideran alarmistas estas ideas y piensan que el progreso irá dando soluciones a estos problemas.
Es posible que algunas de estas criticas tengan una cierta razón.
Ante la imposibilidad de conocer y comprobar la veracidad de todos esos datos tenemos la oportunidad y el deber de salir al campo y analizar con nuestros propios ojos lo que tenemos delante y cerca, lo que nos afecta a la vista, al olfato, al oído, a la memoria, a nuestras libertades, etc.
En definitiva, tenemos la posibilidad y el deber de vincularnos con nuestro paisaje y nuestra naturaleza en retirada para saber como estamos, a donde vamos, que hemos ganado y que hemos perdido.

Las distintas manifestaciones de la cultura humana ha tratado constantemente los asuntos de la naturaleza, del paisaje y del habitar.
Desde el arte existe un territorio a tratar comprendido en la intersección de esos conceptos en relación con el compromiso y el vínculo.
En el trayecto entre lo abstracto y lo concreto. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Encuentros con lobos.

Los encuentros con lobos:

Los avistamientos de lobos que vamos a relatar se han producido de modo casual.
En ningún caso han sido resultado de esperas ni de rastreos y todos ellos han sido fruto de largas caminatas y paseos por algunas zonas donde la presencia humana no es muy frecuente.
El medio natural donde se han producido estos avistamientos está intervenido por el hombre desde antiguo. A día de hoy, es un territorio de tierras de cultivo y bosques a partes iguales; aquí, a pesar de la intervención humana, la naturaleza mas indómita pervive recluida en algunos lugares.
La presión del hombre sobre el territorio
no es homogénea.
Es cierto que las mejores zonas, las mas productivas y fácilmente transitables, han sido las primeras y mas profundamente colonizadas por el hombre, por lo tanto los animales salvajes y las plantas menos interesantes para los humanos han sido expulsados donde es mas difícil proveerse de sustento.
No obstante, los animales intentan utilizar todos los recursos a su alcance y penetran constantemente en las tierras del hombre donde suelen ser, si cabe, mas precavidos.
Sabíamos de la presencia del lobo en estos territorios; personas de confianza, nos habían referido encuentros ocasionales, avistamientos en batidas, etc.
A veces, habíamos visto huellas sospechosas en la arena del pinar. Otras veces habíamos visto restos de animales devorados… 

Primer encuentro:

Era un atardecer de la primera parte del otoño, tras dejar el vehiculo cerca de la laguna, comenzábamos el paseo abandonando los caminos para internarnos en el bosque.
Seguíamos, como otras veces, una senda poco transitada que discurre por el pinar en dirección al río.
Conversábamos los dos en voz baja mientras el perro, que solíamos llevar atado, caminaba como siempre alerta.
En una zona de arena suelta con abundantes matorrales, una especie de cañada que bordea una espesura, un lobo macho cruzó sigilosamente nuestro camino.
Lo vimos caminar lentamente con la cabeza baja olisqueando al cruzar la senda e internarse en la espesura.
Allí se volvió y nos miró girando levemente la cabeza, luego avanzó discretamente internándose poco a poco entre la vegetación hasta desaparecer.
Fue como una aparición. La sensación que tuvimos es que había decidido dejarse ver; desde la distancia pudimos apreciar su pelaje rojizo, la marca oscura del lomo, las marcas en sus patas y un aspecto de inconfundible fluidez . Y de la misma manera que se había dejado ver, nos había mirado abiertamente.
Parecía que nos estaba diciendo:
- Eh! te conozco, te he visto, te he olido…
El perro, en contra de lo que nos habían contado de otros casos, no se acobardó y se mantuvo firme.
Un poco mas adelante pudimos ver otro lobo, este mas pequeño y oscuro, que cruzaba la senda siguiendo en la distancia el rumbo del anterior.

Lobezno muerto:

Era, aunque no puedo recordar la fecha con exactitud, un día caluroso del final del verano.
Junto al hito del límite provincial aparecía recostado de lado, un cachorro de lobo de unos cuatro o cinco meses de edad, muerto atropellado por un vehículo.
Pudimos hacerle unas fotos y luego recogimos el cadáver para ocultarlo…




Acechando a los corzos:

Al anochecer, cuando caminaba en solitario por el bosque al borde de una de las zonas mas espesas, oí un crujir de ramas.
Cerca, un corzo se incorporaba alerta.
De repente, en lo mas espeso, emergía un lobo oscuro como un fantasma.
Al verme, giró sobre sus pasos y se desvaneció.
Me tumbé sobre el suelo un poco mas allá, escondido tras unas matas, para ver si el lobo continuaba su camino.

El cráneo del lobo:

Me encontré con -------, amigo mío de la infancia. Ese día le acompañe a su casa pues quería enseñarme algo. Sacó unas fotografías, un río, paisajes… entre ellas estaba la foto de un lobo muerto.
Realmente él no estaba seguro de si era un lobo o un perro, pero las marcas en las patas delanteras, la marca oscura en el lomo y la forma de la cabeza y las orejas eran signos inequívocos.
Posteriormente me contó como lo había encontrado.
A los pocos meses regresamos al lugar.
Desenterramos el cráneo, lo limpié y aún lo conservo. 

Lobos en el monte:

“El bosque es un antiguo monte de encina, quejigo y sabina mezclado ahora con pino albar.
Se extiende, como una isla, sobre un páramo cercado de laderas de roca desmenuzada y polvorienta y valles cubiertos por extensos cultivos y algunas escasas choperas.
Unos viejos caminos y sendas trepan discretamente por las pendientes.
Sin embargo, una pista delineada y una mina abandonada tajan la ladera norte.

A diario cuando vas al bosque, por los caminos sueles ver gente que pasea despreocupadamente o conversa pero, a medida que dejas las ultimas casas, la compañía va quedando atrás.
Esta tarde invernal, entre los árboles remontas una cárcava en la umbría.
Sobre el musgo hay rastros de animales.
Un poco más arriba, casi en la cima del páramo, un corzo huye al sentir el crujido de las ramas bajo tus pies.
De pronto, a diez metros, entrevés una mancha, la sombra parda de una silueta que se desvanece.
Acabas de ver un lobo.
Te agazapas tras unas matas y agachado, conteniendo la respiración, permaneces atento aguzando la vista y el oído.
Esperas.
No ocurre nada.
De pronto, al frente, aparece otra sombra. 
Observas en silencio.
Busca, escarba junto a un árbol, husmea y mira hacia ti.
Comienza a acercarse. Viene dando un rodeo, con la cabeza gacha, trotando sigilosamente.
A unas decenas de metros, lo pierdes de vista.

Anochece, estas lejos del coche y decides regresar.
Descendiendo con el bosque a tu espalda, ves el brillo de las luces del pueblo.
Más allá, en el horizonte nocturno bajo las nubes, aparece el reflejo anaranjado del cielo de la ciudad”.
Febrero de 2008.

En la carretera:

Era una mañana de domingo.
A contraluz de entre los árboles, emergió trotando una silueta gris que cruzó la carretera.
Al llegar a su altura, paramos el coche.
Se volvió y nos miro durante unos instantes antes de desaparecer internándose en el bosque de camino a las lagunas.
Otras veces, en ese mismo punto, habíamos visto a un pastor y su rebaño de camino a los pastos del claro un poco mas allá.

En la cárcava.

Sucedió por el mes de Julio.
Desde lo alto del páramo, a menudo veíamos corzos abajo pastando entre los pinares y las tierras de cultivo.
Siempre escrutábamos a conciencia aquellas laderas.
Aquel día, en el fondo de la cárcava retozaban dos lobos.
Nos acercamos hasta estar en los cortados sobre ellos y los pudimos ver tumbados en el suelo, descansando.
Un poco mas allá, un zorro que caminaba por el fondo del valle en dirección a la cárcava, al percatarse de la presencia de los lobos varió ligeramente su rumbo sin alarmarse...
Los lobos se encaminaron ladera arriba; pudimos verles entonces de costado, brillándoles el pelo rojizo al atardecer.
Se fueron perdiendo entre las encinas, subiendo hacia nosotros.
Los mestizos:

Recibimos el aviso de que habían atropellado a una loba en la carretera y esta yacía muerta en la cuneta mientra el macho permanecía echado a su lado.
Desde lejos parecían lobos pero, a medida que nos fuimos acercando, nos asaltaron las dudas.
La perra era de buen tamaño y tenia un pelaje rojizo pero, en lo que podíamos ver, era demasiado corto.
El macho era enorme, tenia un pelo gris-bermejo demasiado largo para ser un lobo y un hocico ancho, que recordaba en algunos momentos al de un mastín.
Ninguno de los dos animales tenia marcas de collar.
Pensamos que eran perros asilvestrados, tal vez mestizos de perro y lobo. 
 

Ataques de lobos.

Los ataques del lobo:

En general, los animales prefieren atacar sin exponerse.
Desde atrás, por sorpresa y en un instante, el lobo nos morderá en la parte inferior del muslo.
Al volvernos, saltará e intentará clavar sus colmillos en nuestro cuello.
Nosotros probablemente hayamos interpuesto un brazo y el animal hará presa en el.
Resistiremos las repetidas sacudidas que intentaran hacernos caer. Si en ese momento sentimos el ataque de otro animal, estamos perdidos. Si solo nos enfrentamos a un ejemplar, debemos luchar hasta el agotamiento.
Con el brazo sangrando abundantemente, los tendones desgarrados y tal vez algún hueso roto, intentaremos abrazar el cuello del animal bajo nuestra axila, inmovilizándolo. Con la otra mano lo golpearemos en el morro hasta partírselo o clavaremos nuestros dedos en sus ojos arrancándoselos.
El ataque directo a estos órganos le hará soltar su presa. Después, jadeantes y frente a frente, esperaremos a que el animal ataque nuevamente.

En los ataques verificados sobre niños, el animal aparece siempre por detrás y rápidamente intenta derribar a la víctima.
Una vez en el suelo, la morderá en el cuello o en los costados e intentará producir un gran desgarro. La víctima, horrorizada, será arrastrada rápidamente sin oponer resistencia.
Unos metros más allá, en lo más espeso, el animal le dará muerte para luego comenzar a devorarla.

sábado, 3 de septiembre de 2011

LAS CONSTRUCCIONES ARBORÍCOLAS. (Parte III)

7. Los constructores arborícolas:

1. En la actualidad, la construcción en árbol está vinculada a los llamados modos alternativos de vida y ocio en relación con el medio natural y la sociedad.
Así, en una primera clasificación entre distintos grados de compromiso y radicalidad podríamos distinguir entre:

- Construcciones en árboles para la vida cotidiana.
Serán edificaciones para residir en aislamiento voluntario o en comunidades mas o menos cerradas, exclusivas, marginales, etc. caracterizadas por considerarse distintas al resto de la sociedad, basadas en  modos considerados, hoy por hoy alternativos, es decir renovables, autónomos y autogestionados, etc. de obtención de alimentos, energía y bienes de uso.
- Construcciones para el ocio, hoteles, albergues, campamentos, etc. donde estas cuestiones pueden ser vividas y experimentadas por tiempo limitado y mediante un compromiso igualmente limitado.
- Construcciones que exploran los márgenes de la ecuméne, en la periferia de esta o bien en los espacios porosos que esta deja tras su expansión, en los márgenes a menudo de la legalidad…



2. El impulso de la autoconstrucción:
(Arquitectura sin arquitectos).
- La vida en las sociedades contemporáneas, rígidamente organizada en muchos aspectos, limita a la mayor parte de los individuos en lo que especta a la configuración y construcción material de su espacio vital. Si uno se contenta con distribuir, ordenar y decorar el espacio interior y la superficie de su vivienda puede sentir ese impulso satisfecho, pero esto no es suficiente para una parte importante de los individuos con impulso constructor y configurador.
El impulso autoconstructor está fuertemente presente en la construcción arborícola. Esto puede deberse a distintos motivos, por la marginalidad de este tipo de construcciones, la marginalidad de las visiones de los constructores arborícolas y sus marginales ubicaciones, por el reducido tamaño de este tipo de edificaciones y por el soporte básico que aporta el árbol, que solventa ciertas cuestiones técnicas, etc.
- Solo recientemente, han empezado a proliferar empresas especializadas en este tipo de construcciones, que a menudo se apropian o domestican los impulsos intuitivos y espontáneos de la autoconstrucción, fundiendolos con aspectos procedentes de la arquitectura del movimiento moderno, de la hig-tech, de la arquitectura de inspiración en la literatura fantastica o medievalizante,  de las arquitecturas de los pueblos llamados primitivos y vernacularidades varias, etc. influencias presentes así mismo en la autoconstrucción aunque de manera tal vez menos consciente.

3. El reciclaje y la reutilización:
- En sintonía con la corriente ecológica contemporánea, se plantea la necesidad de la reutilización de los materiales desechados para no gastar mas energía y recursos no renovables. Lo que se pierde en optimización específica del material para un uso se gana en optimización de recursos a nivel general.
Sería algo así como prolongar la vida de uso de un material y reducir su vida como desecho o basura, aspecto interesante en muchos de los materiales generados por el hombre que presentan un ciclo de vida física muy largo.

4. Los materiales autóctonos:
- En el camino para la integración de la edificación en el medio se recurre a la utilización de materiales del terreno.
- Así mismo se piensa en la caducidad de la edificación y en su reintegración en el medio con el mínimo impacto.

5. La vuelta a la naturaleza:
Este aspecto es esencial y se manifiesta de varias maneras:
- La vida al lado de los bosques, los árboles, los animales y otras manifestaciones de la vida no exclusivamente humana, esto se traduce en la interpenetración de las comunidades vitales humano-vegetal, humano-animal, vegetal-animal...
- El contacto con la intemperie, que se traduce en la existencia de una difusa barrera entre espacio interior y privado o exclusivo y el exterior, comunal pues se siente la necesidad de un espacio a habitar mas extenso y menos pautado.
- El vinculo con el territorio en cuanto al sustento, el cobijo, la energía, etc.

6. Visiones utópicas:
- La vida en una pequeña comunidad separada del resto de la sociedad, donde poder desarrollar en la practica una serie de ideas concretas, está vinculada al asunto de la utopía clásica.
La vida en pequeñas comunidades, en pequeños clanes y grupos familiares frecuentemente surge en la búsqueda de interpenetración estrecha entre individuos y un circulo social apropiado.
Ante la posibilidad del conflicto de intereses, se intenta aclarar de partida los principios que regirán en el enclave.
Estas normas, suelen surgir de un sistema cooperativo, asambleario, con jerarquías muy horizontales y de renovación periódica, facilitadas por el reducido número de habitantes.
-Otro de los asuntos a destacar y ya tratado con anterioridad es el de la autonomía alimentaria, de bienes y energética, vinculada estrechamente a las potencialidades de un territorio concreto.
-En el caso de las utopías en solitario, se pretende poner en practica estas cuestiones en un ejercicio y experimentación sobre uno mismo, debido a:
a) Imposibilidad y renuncia a la movilización de otros individuos.
b) Radicalidad de la visión particular que no puede ser compartida.
c) Búsqueda del aislamiento por causas diversas.

7. La imagen de la Utopía:
- Enlazado con el carácter alternativo de muchas de las propuestas aparece en el fondo el concepto de utopía.
Aspectos presentes en arquitectos utopistas (por ejemplo en el caso de R. Bukminster Fuller  o Kiesler) como la renuncia a un formalismo y  estetización evidente, buscando la representación de la “urgencia”, la “necesidad”, la “esencia” y otros conceptos similares, a través de la utilización de formas de partida básicas y de sistemáticas de trabajo procesuales sin un final programado, aparecen de nuevo en este tipo de construcciones.
Mediante citas mas o menos conscientes o superficiales y mediante el desarrollo de conceptos y procedimientos, las construcciones toman la forma de cúpulas geodésicas, construcciones globulares, construcciones de formas compactas y autónomas, etc.