sábado, 16 de julio de 2011

Mandril: Zoologia.

MANDRIL: Zool. Género de monos de la familia de los Cercopitecidos, tribu de los cercopitecinos, muy próximo al género Papión, en el cual aún le incluyen muchos autores.
Se distingue por su cola corta, erguida de tal modo que queda casi perpendicular a la espina dorsal; en los adultos sobre todo, el hocico se alarga e hincha de una manera extraordinaria; las ventanas de la nariz, terminales y con arrugas abultadas pintadas de vivos colores, proceden de la hinchazón de los maxilares superiores.
Comprende este género dos especies muy análogas entre sí por su forma y costumbres: el mandril propiamente dicho y el drill, que habita en la costa occidental de África.
El mandril (Mandrilla maimon, L.) es el llamado por Linneo Simmia maimon y mandril y Choras por Bufón que le creyó dos especies distintas, el joven y el adulto.
Muchas tribus de Guinea le distinguen con el nombre de Boggo.
Smith, que fue quien primero dio noticias de este mono en 1774, al hablar de los animales de Sierra Leona y de las costumbres y fechorías de esta especie, le confundió probablemente con el chimpancé.
Los adultos se distinguen notablemente de los jóvenes, no solo por su forma, desfigurada en extremo en estos últimos por la coloración y abultamiento de su hocico, sino por la completa diferencia que ofrecen en sus costumbres.
En tanto que los jóvenes no adquieren colmillos no se inicia esta mudanza, que no parece sino el paso de una especie a otra.
El extremado desarrollo que adquiere la cara por el abultamiento del hocico, creando una gran desproporción entre ella y el desarrollo del cráneo;  el gran desarrollo de los caninos superiores, el color y desnudez del hocico y callosidades isquiáticas, hacen del adulto un animal repulsivo y temible. Todo lo que los jóvenes tienen de mansos y dóciles, y lo fácilmente que se educan, tienen los adultos de salvajes y repulsivos, y hace preciso tenerlos siempre encerrados en sus jaulas. Entonces sus sucias costumbres hacen de este mono un animal repugnante.
Su pelaje es sin embargo, elegante y las partes desnudas de su cuerpo ostentan vivos colores, especialmente la cara adornada de listas rojas, azules y blancas, de modo que no parecen sino la pintura de un piel roja.
La parte superior de los muslos y las nalgas revisten un color rojo muy vivo con mezcla de azul. Estos colores observa Gervais, no son el resultado de un verdadero pigmento, sino que dependen de una verdadera inyección, pues se debilitan y borran cuando el animal muere o esta enfermo.
La nariz también forma dos arrugas salientes de azul muy vivo, y toda ella adquiere un color rojo brillante en los adultos.
Las hembras, por el contrario, varían poco, nunca llegan a adquirir una talla tan considerable como los machos, los cuales alcanzan frecuentemente, cuando están de pie, muy cerca de 1,50 m, y su piel no adquiere jamás colores tan brillantes; pero en cambio, durante el celo, una vez cada mes, dice Gervais, sus órganos sexuales, efecto de la afluencia de sangre, se hinchan y rodean de monstruosa protuberancia, que  poco desaparece para reaparecer el siguiente mes.
Esta especie habita en los bosques de Guinea y en las regiones algo montañosas, y se alimenta de frutos. A menudo abandonan los bosques e invaden las plantaciones de los negros y colonos, formando bandadas capitaneadas por un macho viejo que destrozan todo cuanto encuentran a su paso.
Cuéntase también que estos animales, en extremo crueles y salvajes, maltratan a las mujeres y niños cuando los encuentran en las aldeas, entonces asaltan las chozas, destrozan y roban lo que se hallan en su camino, enturbian el agua de los pozos con sus deyecciones, y raptan a los niños de pecho de los mismos brazos de sus madres para abandonarlos días después en la espesura.
Es un animal en extremo fuerte y ágil que abusa de su poder y hace de el una fiera temible y entre sus muchas faltas adolece también de constancia pues son caprichosos y volubles.
Los jóvenes sobre todo hembras, se domestican con facilidad, y frecuentemente se les utiliza en las pantomimas que a veces se hacen representar con monos, pero ya adultos es preciso tenerlos sólidamente encerrados en una jaula o bien encadenados cuando menos. Son muy vengativos y nunca olvidan el castigo recibido, procurando vengarse al menor descuido, y cuando se irritan su furia es verdaderamente temible.
Lo que hace sobre todo a este animal un bicho repugnante son sus costumbres obscenas y en extremo sucias.
Cuvier dice de el que su mirada, sus gritos y su voz revelan su insolencia brutal; satisface sus pasiones mas repugnantes con el mayor cinismo, y no parece sino que la naturaleza ha querido presentarnos en el la imagen del vicio en su mas horrible fealdad.
Mucho se ha hablado de los brutales deseos y atropellos que estos monos cometen con las negras en Guinea, y es frecuente en las casas de fieras observar la expresión de sus repugnantes deseos a la sola vista de una mujer.
Cuvier acerca de este punto se expresa de la siguiente manera: “ya hemos tenido ocasión de hablar del amor del mono por las mujeres, pero ninguna especie ha dado de ello pruebas mas vivas que esta. El individuo que describimos entraba en accesos de frenesí a la simple presencia de cualquiera de ellas; pero no todas le excitaban en el mismo grado. Se veía claramente que escogía, que su imaginación le sugería, y que no dejaba de dar preferencia a las mas jóvenes. Las distinguía entre la multitud y las llamaba, sirviéndose de la voz y del gesto, y es indudable que a haber estado libre hubiese llegado al punto de cometer violencias. Estos hechos bien demostrados, que observaron miles de testigos ilustrados, hacen muy digno de fe lo que los viajeros  refieren sobre los peligros que corren las negras por parte de los grandes monos que habitan su país”.
Se refiere que habiéndose escapado uno de ellos del Jardín Zoológico de Paris, y resistiéndose a volver a entrar a su jaula, después de probar todo género de medios, su guardián  recurrió a la siguiente estratagema: en el fondo de la jaula había una puertecilla, detrás de la cual se coloco la hija de otro de los guardas, y entonces se acerco a ella haciendo ademán de abrazarla; bastó esto para que el envidioso mandril se precipitase, ciego, en su jaula, cuya puerta cerraron dejándole cautivo.
Muestran también gran pasión por las bebidas alcohólicas, y cuando se las proporcionan o las roban se embriagan y se muestran aún más repugnantes si cabe que en su estado normal, pues a su natural violento e incontrolable, se muestran lenguaraces y añaden una incontinencia vergonzosa en todos los aspectos, un embotamiento de su coordinación física y una bravuconería que los hace proferir los mas repugnantes gritos y exclamaciones de burla.
Muestran acerca de este aspecto una peculiar previsión, pues almacenan en algún escondrijo cuantas botellas de licor les sobran tras sus borracheras, para beberlas en otro momento.
Respecto a su alimentación, consumen frutos silvestres pero no desdeñan la carroña y devoran el cerebro de sus congéneres una vez muertos.
Asaltan con frecuencia los cementerios y profanan las tumbas llevándose los cadáveres para consumir las partes que consideran más suculentas como las manos, los pies el rostro y las nalgas. Es fácil constatar esta abominable costumbre pues suelen adornarse después del festín con las ropas del difunto y se pasean de esta guisa por los contornos de los pueblos y aldeas.
Es difícil imaginar una escena más espeluznante, que un grupo de estos monos medio vestidos con el traje de un difunto, ebrios, tambaleantes y en vergonzosas posturas, festejar sus hazañas en los alrededores de algún pequeño pueblo de la selva, y esta es una escena que se repite no pocas veces en tierras de Guinea.
De no ser su población controlada por los gobiernos instaurados por las potencias occidentales, estos animales habrían expulsado a las gentes fuera de todas las regiones del África Central.

martes, 12 de julio de 2011

Redescubrimiento de una especie extinta: Tyreophora Cynophila.

Texto original de Daniel Martín-Vega. Dpto. Zoología y Antropología Física de la Universidad de Alcalá de Henares, Madrid.

La especie Thyreophora cynophila (Panzer, 1798) (Diptera: Piophilidae), considerada extinta durante más de 160 años ha sido también redescubierta en la Sierra de Guadarrama (Comunidad de Madrid). Simultánea e independientemente a la captura de esta especie en la provincia de La Rioja por parte de M. Carles-Tolrá, P.C. Rodríguez y J. Verdú (cuyo trabajo fue referenciado anteriormente), la revista “Systematic Entomology” publicó recientemente el hallazgo de dos poblaciones de T. cynophila en las localidades de Lozoya y Puerto de la Morcuera.
Thyreophora cynophila era conocida exclusivamente del centro de Europa (Alemania, Austria y Francia), donde no volvió a observarse después de 1849, y recientemente fue incluida, como el único díptero, en una lista de animales europeos totalmente extintos elaborada por más de setenta expertos. El reciente descubrimiento de la especie en la Península Ibérica, donde nunca había sido citada, así como de un antiguo ejemplar de museo procedente de Argelia que hasta ahora había pasado desapercibido, abren el interrogante sobre la distribución real de T. cynophila, y hace necesario tomar medidas para su conservación, al menos hasta que se haya profundizado en el conocimiento de su biología y de la sostenibilidad de sus poblaciones. En este sentido, recientemente se ha presentado una propuesta para incluir dicha especie en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

martes, 5 de julio de 2011

LAS CONSTRUCCIONES ARBORÍCOLAS. (parte II)

5. Distintos tipos de árboles para las construcciones arborícolas:

a. Los pinos.
Árboles de hoja perenne y a menudo de gran tamaño y buena resistencia ante el viento; destacaremos cuatro especies:

-Pino balsaín o pino silvestre, de gran altura, porte recto y ausencia de ramificaciones de importancia a media altura y copa piramidal poco densa. Posee una corteza anaranjada y resbaladiza, forma apretados bosques de montaña y parece de forma esporádica en las riberas de llanura.
Posibilitará tipos de construcciones de gran verticalidad y por la cercanía de los ejemplares, construcciones de sustentación en varios pies.
En general dada la verticalidad y limpieza del tronco se tenderá a ubicar la construcción a media altura, esta será bien visible por la ausencia de follaje.























-Pino laricio, de porte variable tendente a la verticalidad aunque mas ramificado que el balsaín, de copa piramidal con las ramificaciones en capas horizontales.
Posee un corteza gris, medianamente áspera. Forma bosques dispersos, asentándose a menudo en terrenos áridos y rocosos en inverosímiles localizaciones.
Es un árbol elegantísimo que tiene tendencia a tomar formas pintorescas.
Favorece diversos tipos de construcción, pero preferentemente de tamaño medio, a media altura de tronco, o de mayor tamaño en el ensanchamiento basal.
Sobre este árbol se tiene tendencia a construir cabañas y construcciones de tipo oriental dada su semejanza a los pinos presentes en las pinturas de la China y Japón.

















-Pino albar, árbol de porte variable tendente al gran tamaño, forma aparasolada y grandes y gruesas ramificaciones en una copa de buena densidad y opacidad.

El tronco a menudo es grueso y resistente, de corteza rojiza algo áspera aunque resbaladiza.
Forma espesuras de media densidad, en bosques extensos, bosques isla y también aparece como ejemplar aislado.
Especie que se presta favorablemente a las construcciones de copa de gran planta aprovechando los numerosos apoyos de las ramas superiores que suelen arrancar en horizontal. Estas construcciones se camuflan fácilmente en medio del bosque y ocultando el acceso pueden ser difíciles de localizar.

-Pino negral, árbol de medio o gran porte, de hasta 40 metros de altura, presenta mayor variabilidad formal que ninguna otra especie de pino, apareciendo ejemplares piramidales, aparasolados y algunos francamente irregulares.

Las ramas de las partes bajas del tronco son endebles y mueren con el crecimiento del árbol. 
El tronco es a menudo recto, pero puede ser  retorcido o “culebrero” y esta cubierto por una corteza extremadamente fisurada y áspera, de color rojizo oscuro, negra en tiempo de lluvia.
Se presenta en selvas o bosques extensos, en densidades variables y no suele aparecer aislado.
Con semejante polimorfismo, se adapta a diversas tipologías constructivas, aunque las dos formas básicas que suele adoptar cuando alcanza muy grandes tamaños, verticalizado en bosque denso o aparasolado irregular, lo hacen preferible para construcciones de copa o de altura media de tronco de gran verticalidad.

b. Los árboles de ribera y proximidad al agua.
De crecimiento rápido y hojas caducas, suelen ser árboles que se dejan mecer por el viento al tener largas ramas delgadas y hojas de gran superficie; destacaremos:

-Chopo, árbol muy vertical,  de copa columnar, de tronco rugoso y de ramas pegadas al tronco (variable según subespecies).
Aparece en riberas, en segunda línea, o bien aislado en valles y llanuras sin vegetación cuado puede aprovechar humedades subterráneas.
Se presta a construcciones atirantadas apoyadas en varios pies o bien a construcciones de medio tamaño a baja altura, posiblemente circundando el tronco.























-Álamo, de aspecto parecido pero menos columnar, sus características son similares aunque se presta a los sistemas de pasarelas, cuerdas, etc. por el entrecruzado de las ramas de las copas de ejemplares contiguos.

-Fresno, árbol de mediano a gran tamaño, de ramas grandes y resistentes y extraordinaria copa. El tronco es rugoso y áspero (tipo encina), de color grisáceo o rojizo.
Es frecuente en riberas, en segunda línea tras los alisos y sauces, o bien en sotos llanos.
Se presta a construcciones ligeras, aunque depende del porte del ejemplar.

-Aliso, especie de aspecto piramidal irregular, con ramas de tamaño medio y raíces a menudo medio sumergidas, posee un tronco grisáceo y liso.
Dada su ubicación se presta a construcciones, pasarelas y observatorios sobre el agua.























-Sauce, árbol muy ramificado desde la base, de ramas gruesas y corteza rugosa.
Frecuentemente alcanza gran tamaño, hasta 1 m. de diámetro de tronco, pero no es un árbol muy longevo ni excepcionalmente resistente (aunque es de gran flexibilidad).
Destaca en las riberas como ejemplar aislado de gran porte.
Es muy adecuado para sencillas construcciones y cabañas de mediano tamaño, poca altura y sencillo acceso.

c. Encinas, robles, quejigos y alcornoques.
De gran longevidad y resistencia, de hojas perennes o caducas, destacamos:

-Encina, de porte variable, se ramifica bastante cerca del suelo y extiende una copa bastante amplia  y aparasolada con ramas en origen muy horizontales.
De corteza rugosa, gris o gris verdosa y potente tronco, aparece aislada, formando dehesas o en espesas selvas.
Se presta a las construcciones de copa similares a las del pino albar pero a menor altura y por lo tanto mas accesibles.
Los ejemplares rastreros o de poca altura (hasta 6 o 7 m) permiten construcciones mixtas de suelo y árbol, muy camufladas por la densidad de un follaje punzante que permite cierta protección.























-Roble y quejigo, árboles de pequeño a gran porte, con un distribución irregular de las ramas por todo el tronco, de madera muy resistente y corteza rugosa.
Forman grandes bosques, bosques isla y también aparecen como ejemplares aislados.
Representan en nuestras latitudes el arquetipo o la silueta “ideal” del árbol de hoja caduca y se prestan preferentemente a las construcciones complejas de mediana altura y sencillo acceso.

-Alcornoque, representa para nuestros intereses una especie transicional entre la encina y el roble.

d. Abetos, abedules y hayas.
Árboles de terreno de montaña o norteños, de buena madera, frecuentemente formando bosques extensos:

-Abeto, de porte piramidal y gran tamaño, tronco extraordinariamente recto con una corteza rugosa oscura.
Forma bosques perennemente cerrados de gran verticalidad.
Sus características son análogas a las del pino balsaín, tal vez aún mas extremadas.

-Haya, grandes árboles de profusa ramificación en horizontal y hoja caduca, de gruesos troncos de corteza lisa y gris.
Forman extensas selvas de suelo limpio.
Posibilitan grandes construcciones de varias plantas o de gran horizontalidad de mediana altura y sencillo acceso.

-Abedul, ejemplares de mediano a gran tamaño y porte bastante vertical con pocas ramificaciones. El tronco es bastante recto con una corteza clara o casi blanca muy resbaladiza.
Forma bosquetes cerrados o aparece aislado.
Sus características para la construcción son similares a las de los árboles de ribera.

e. Castaño, olmo y otros.
Especies de portes diversos con características singulares en algunos casos:

-Castaño, existen ejemplares de muy diversos tamaños y portes.
Troncos en algunos casos gigantescos, con cortezas rugosas.
Aparecen aislados en medio de bosques mixtos o bien formando bosques seminaturales.
Para el caso que nos ocupa, destaca su utilización para la construcción de refugios de oquedad en el tronco. Pueden ser utilizados igualmente para construcciones de media altura y muy gran extensión.

-Olmo, árbol de tamaño grande o muy grande, de excelente madera.
Con un tronco extraordinariamente grueso y a menudo hueco, posee potentes ramas y copas espesas muy apreciadas por su fresca sombra.
Muy extendido antiguamente pero hoy diezmado por la grafiosis, formaba espesuras en los sotos y aparecía frecuentemente como ejemplar aislado.
Posibilitaba grandes construcciones de mediana altura.

f. Entre otras especies destacaremos:

-Sabinas y enebros, árboles de mediano tamaño de maneras aromáticas.

-Avellano, arbolillo de mediano tamaño y profusa cantidad de brotes desde el suelo, apto para plataformas o hamacas colgantes o apoyadas en muchos pies.

6. Las distintas ubicaciones para las construcciones sobre árbol.

-El bosque extenso:

La ubicación ideal para nuestras construcciones será la del bosque en su máxima expresión, un tapiz verde continuo, punteado de claros, riberas y lagunas, que se va desvaneciendo hacia las cumbres y se aclara al llegar a los poblados humanos.

Hoy, esto es la excepción, el bosque que vemos es una versión depauperada del bosque original.
Este bosque contemporáneo es un mosaico fragmentado de bosque en distintos estados, bosque semi-virgen, bosque intervenido, bosque cultivado, bosque arrasado…
La sensación de bosque extenso hoy solo es posible en los fragmentos mas compactos, mas extensos y mejor conservados.
En este medio, la construcción arborícola deberá ser un elemento integrado, un punto en un recorrido.
Entre la inmensidad del bosque la tendencia será ubicar nuestras construcciones en lugares tales como cerros desde donde otear, riberas, bordes de claros, lugares que suele utilizar el hombre para manejarse entre el laberinto verde del bosque.
Sin embargo, tal vez la localización delate una deliberada ocultación.
En este caso se elegirán lugares indiferenciados del resto del bosque (y solo accesibles por leves marcas) o también se elegirán lugares escondidos, ocultos por vegetaciones espesas y otros obstáculos; y se optará así por construcciones encaramadas en lo alto de las copas con accesos camuflados.
En estos casos, el camino hasta nuestra construcción será de capital importancia. El sendero, los puentes sobre el agua, las pasarelas, los hitos, etc. formarán parte integrante de nuestro proyecto y diseño y deberán estar integrados en el.
Para nuestros visitantes, el acceso puede significar el proceso de preparación para la visita a nuestra cabaña, una especie de iniciación.
En el proceso de construcción de la cabaña y durante el uso de la misma, se deberá respetar al máximo el estado original del terreno. En la proximidad de la construcción solo se transitará por la red de senderos ya marcados, evitando en lo posible la destrucción de la cobertura vegetal por el pisoteo y nuestras actividades; pues el respeto por el suelo es una de las máximas de la construcción arborícola.

-El bosque aislado:

Este tipo de bosque nos recuerda a un medio concreto, al oasis y también a la pequeña isla.
Es de suponer que, antiguamente, en determinados lugares las características del medio solo permitían la cobertura arbórea en espacios concretos y localizados y el bosque isla era una figura que siempre habría existido. En la actualidad, la mano del hombre ha acorralado al bosque en muchos lugares instaurando así masivamente esta forma de bosque.

Este bosque es abarcable en la mirada y el entendimiento, es recorrible por su perímetro y se le puede limitar; tiene un interior muy consciente del exterior y puede tener un centro.
La construcción en este ámbito adquiere un carácter distinto a la del bosque extenso y se erige como centro.
Esta construcción es un cobijo y simultáneamente un lugar amenazado y acorralado.
Se puede tener la tentación de proteger el bosque isla mediante cercas, pero esto evidencia aún mas el estado de alerta y de amenaza. Una valla romperá la relación del bosque con el espacio circundante y el vigor del ecotono o espacio borde del bosque. Y estos ecotonos, como es sabido, son los lugares de mayor actividad de los ecosistemas.
Desde la construcción en el bosque isla, los accesos y caminos arrancaran en forma radial hasta el perímetro.
En estos puntos es donde se formaran las verdaderas puertas del bosque.  En un estado ideal, desde las puertas se vera a lo lejos, sobre las copas, encaramada a un árbol singular en un altozano, la construcción que domina este bosque.
Sin embargo, podemos encontrar también aquí un tipo de construcción, menor en cuanto a tamaño, con carácter discreto.

El ejemplar aislado:

Respecto a los ejemplares destacados en medio de la llanura, el valle, o la ladera desprovista de vegetación de altura, la característica fundamental será la visibilidad. Visibilidad de la construcción y el árbol y también desde la construcción.

El concepto que nos viene a la mente en este caso es el de la torre o el faro y sin duda el lugar será un observatorio.
El deseo de acercarse será irresistible para los paseantes, los cuales igualmente, se verán tentados a acceder a la construcción ascendiendo por las escaleras y plataformas.






Esta construcción refleja la necesidad del hombre de ceñirse a los hitos y de buscar el cobijo del elemento vertical; que, en la llanura, siempre sirve de lugar de escape física y psicológicamente ante la magnitud indiferenciada del territorio circundante.

Próxima entrega: LOS CONSTRUCTORES ARBORÍCOLAS.

viernes, 1 de julio de 2011

LAS CONSTRUCCIONES ARBORÍCOLAS. (parte I)

1. Introducción a las construcciones arborícolas:

[…] En la obra de D. H. Lawrence podemos encontrar varias páginas donde el soñador vive la metamorfosis en árbol. Por ejemplo (Fantasía del inconsciente):
“Quisiera ser árbol unos instantes… Vela allí  como una torre, y yo, sentado , me siento al abrigo. Me gusta sentir que vigila y que me cubre…” A Lawrence le gusta sentarse en las raíces, acurrucarse allí, adherido a un cuerpo poderoso, y no preocuparse ya de nada… “Heme aquí entre los dedos de sus pies como un insecto de los bosques, y el, silenciosamente, me cubre. Siento la masa y el surtidor de su sangre… se vuelve hacia dos direcciones distintas. Con un impulso prodigioso, se proyecta hacia abajo, hasta el corazón de la tierra, allá donde los hombres muertos se hunden en la oscuridad, en el subsuelo denso y húmedo, y por otra parte, se vuelve hacia las alturas del aire…” […]

Gastón Bachelard citando a D.H. Lawrence.

Pino en Glengarif, Irlanda.

La significación e importancia del árbol esta fuera de toda duda; podemos acudir, por ejemplo, a los textos de Gastón Bachelard para ver reflejada la compleja, completa y primordial relación entre el pensamiento del hombre y el árbol como concepto o como concreción, singular e identificable.
Respecto a la casa, choza, nido, refugio… podemos decir mas o menos lo mismo; existe desde antiguo una abundante literatura que desmenuza, analiza históricamente y poetiza estos términos.
Cuando juntamos las dos palabras, casa-árbol, las evocaciones se matizan y se perfilan dirigiéndonos hacia nuevos caminos sin olvidar por completo los antiguos ya recorridos.
Hoy por hoy, la casa en el árbol, la construcción arborícola, se presenta como un concepto ambiguo; pues de igual manera que nos conecta estrechamente con lo natural nos hace colonizadores y transformadores, algo conflictivo en los tiempos que corren en los que los “campos humanean”.
El cómo hacer posible esto, el habitar una casa en un árbol sin colonizarlo o “humanerarlo”,  es un reto que muy bien puede afrontar el arte y este es, tal vez, el asunto último de este texto.

2. ¿Que nos impulsa a construir en un árbol?:

Orangután de las Selvas de Borneo.

Sabemos que gorilas, chimpancés y otras especies forestales cercanas al hombre ubican sus nidos en lo alto de los árboles.
La altura de la construcción arborícola facilita la observación, la vigilancia y el control sobre el entorno; de esta manera  chimpancés y gorilas se alejan de los predadores y demás animales molestos como parásitos , serpientes e insectos. Igualmente los árboles los aíslan de las condiciones del suelo: de la humedad, el polvo, etc.
Resumiendo, estas especies forestales eligen la construcción sobre árbol por cuestiones de aislamiento y confort, seguridad y control.
Nosotros, los humanos, ya no vivimos exclusivamente en medios forestales; de construir un dormidero en lo alto de un árbol hemos pasado a abrir un claro en la espesura y de ahí, a construir un poblado y luego una ciudad.
Ahora tenemos el bosque al lado, no muy alejado de nosotros, aunque ya no vivamos en su interior.
La sensación de seguridad que nos aportaba la cercanía de un buen árbol permanece en nosotros. Sin embargo construir ahora sobre un árbol, está más vinculado al mundo de lo imaginario que al de la necesidad; la cabaña sobre un árbol no sirve tanto para vivir como para retornar.

¿Árborícolas Tasaday?
















3. Analogías entre las construcciones arborícolas humanas y las de otros animales:

Las similitudes en cuanto a forma entre el habitáculo humano y el animal son conocidas desde antiguo.
El hombre no es capaz de inventar desde la nada; siempre copia, imita y maneja lo que se encuentra.
La misma cabaña primitiva, de planta circular, con cubierta entretejida de materias vegetales sobre estructura de ramas;  parece una reinterpretación del nido de ave para otras necesidades.

Cabaña primitiva en construcción.














Los pájaros son los maestros consumados de la construcción arborícola.
Las innumerables especies han desarrollado numerosas tipologías de nidos; desde el nido común en forma de dedal o de cuenco, pasando por los nidos en forma de bola con una abertura simple o en forma de tubo, los nidos múltiples o los gigantescos con capacidad para varios hombres.

Tipos de nidos.
















Los pájaros también han desarrollado nidos en las entrañas del árbol, como por ejemplo las cámaras esféricas con acceso sencillo pertenecientes a los pájaros carpinteros.
Paralelamente, ardillas y otros mamíferos incapaces de perforar la madera, aprovechan oquedades en los troncos, que son tapizadas con hierbas y otras materias confortables y aislantes, para cobijarse o sacar adelante a su prole.
Una vez conocido este repertorio de formas y soluciones, el hombre consideró que eran soluciones sencillas y eficaces para la construcción de habitáculos y cobijos frente a los mismos problemas  que el se encontraba en su medio: la intemperie con las inclemencias del tiempo, el aislamiento del terreno, la vigilancia y el control, la higiene y las comodidades…
Proliferan así, en la construcción arborícola humana, las plataformas de observación con barandilla al modo de nidos; las formas esféricas, poliédricas y globulosas, amarradas o suspendidas; la formas ameboides con varias aberturas; los materiales ramosos y leñosos, las maderas en todas sus calidades y las pequeñas cabañas de bosque derivadas de la primitiva choza.

4. Las características generales de los árboles como soporte:

- La forma:
Cada árbol, según su especie, tiene unas características y un aspecto o porte propio y único; esto provoca que sea imposible proyectar la construcción arborícola de antemano pues debemos conocer y estudiar previamente el ejemplar arbóreo.
La construcción arborícola tiene dos posibilidades básicas, una adaptación radical a la forma del árbol en todas sus partes o bien la inserción de una forma autónoma y la adaptación de los “accesorios”.
Podemos diseñar un habitáculo expresamente para una configuración de ramas, copa, tronco, ubicación y orientación…
Pero también, podemos plantear un habitáculo tipo, independiente totalmente del árbol, y luego adaptar los anclajes, soportes y añadidos; de esta manera aparecerán escaleras, pilares, terrazas y barandillas que siguen los contornos de las ramas, el tronco, etc.

- El tamaño:
Este aspecto es estructuralmente importante (por el peso de lo construido y la capacidad de resistencia del árbol) y también es importante en cuanto a la proporción de lo construido respecto al soporte-árbol.

- La altura:
Importante en cuanto a las vistas, la sensación de seguridad o no, y la accesibilidad.
Surgen de aquí, terrazas, pasarelas y sobre todo escaleras y ascensores.

- Los materiales:
Se adaptan bien a la construcción arborícola todo tipo de maderas, cordajes y elementos elásticos, ligeros, de ensamblaje...
El árbol se mueve, y algo pétreo y rígido no se adaptaría bien, pesaría demasiado y sería difícil de ejecutar…

- El árbol está vivo:
Por lo tanto la construcción deberá tener en cuenta el crecimiento del ejemplar arbóreo y sus ciclos vitales, deberá permitir que reciba el agua que necesite y deberá tener en cuenta la renovación de su follaje.
Como el árbol tiene una vida limitada, nuestras construcciones deberá tener en cuenta este asunto y puede que solo tengan sentido durante algunos breves años.

- Los árboles pueden estar lejos de lugares habitados:
Nuestras construcciones tal vez no tengan saneamientos, ni suministros de ningún tipo y el acceso a ellas será dificultoso.

- Los árboles serán frecuentados por otros animales:
Tendremos que acostumbrarnos a convivir con pájaros, insectos, algunos mamíferos y todas aquellas formas de vida que frecuentan el bosque y el árbol.

-La ubicación:
Evidentemente tendremos en cuenta la ubicación del árbol.
Podemos encontrar al menos cinco ubicaciones características: ejemplares singulares en el interior de un bosque extenso, ejemplares no destacados en un bosque extenso, ejemplares en las lindes del bosque, ejemplares en un bosque isla y finalmente ejemplares aislados.